La historia contemporánea de Venezuela estuvo signada por acontecimientos que marcaron un antes y un después en la vida de los venezolanos. Específicamente, finalizando el SXX, es inevitable borrar de la memoria criolla un año en especial: mil novecientos ochenta y tres. Sí, aquellos doce meses recordados por el nefasto “viernes negro” (opinión de los economistas y las amas de la economía hogareña) el Bicentenario del Natalicio de El Libertador Simón Bolívar (para los patriotas acérrimos) y la inauguración de El Metro (lo más esperado por los ciudadanos de a pie)
Veintisiete años han transcurrido luego de esos eventos y, como venezolana y usuaria, lo que más me impacta hoy día es el deterioro que en menos de tres décadas ha sufrido nuestro Metro. Lo confieso, me duele lo que pasa con este sistema de transporte público, por ello es inevitable para mí dedicarle estas líneas.
El Metro fue inaugurado un 02 de enero de 1983, hecho que cambió considerablemente el sistema de desplazamiento masivo en Caracas. Sus servicios fueron concebidos, en principio, para beneficiar a un mayor número de usuarios caraqueños cada año. En efecto, sus vagones fueron cubriendo, progresivamente, las rutas desde Catia hasta Petare, de Capitolio a Caricuao y las Adjuntas, de Plaza Venezuela a El Valle, y las más recientes, La Rinconada y Los Teques (capital del Estado Miranda)
En la actualidad, el sistema cuenta con 45 estaciones, aproximadamente 54,2km, distribuidos en tres líneas que recorren las zonas más importantes de Caracas y parte del estado Miranda. Sus servicios son complementados por El MetroBus, sistema de transporte superficial que permite satisfacer mayor número de destinos.
Uno de los detalles que llama mi atención es el aspecto arquitectónico, es decir, la funcionalidad contenida en los diseños de las distintas estaciones de El Metro. Por citarles una en particular, Miranda (otrora estación Parque de Este) posee unos corredores ventilados y amplios con entrada de luz natural. Cuando caminas por allí (ejercicio que hago casi todos días) te asalta la sensación de estar bajo el techo de una gran obra arquitectónica o un conocido museo europeo (si me lee el arquitecto autor de la obra tiene la libertad de completar el comentario)
No obstante las bondades antes descritas, los usuarios sabemos que la realidad de El Metro, hoy en día, es otra. Aquella obra ambiciosa y de primer mundo que con orgullo estrenamos los habitantes de la llamada “sucursal del cielo” se ha visto acechada por el hampa que azota a nuestro país. Se ha convertido en el centro de concurrencia para carteristas, mendigos, niños de la calle, cuanto vago y maleante ustedes puedan imaginar, incluyendo a los desventurados suicidas. Aparte de esto, un irrespeto total al Manual de Carreño se observa entre muchos usuarios dentro de los vagones (estos por cierto, insuficientes en número, abarrotados a toda hora y carentes de ventilación) por tanto también es otra hazaña llegar a la estación de destino sin ser insultado, empujado o atracado. Demás esta decir, con ocasión de los problemas eléctricos de los últimos meses, aunados a la falta de mantenimiento, son frecuentes los retrasos en el servicio. Por ejemplo, a mi me ha tocado esperar hora y media –literalmente- para subirme a un vagón decente (y no estoy hablando a hora pico!)
Es insólito que las autoridades competentes hagan caso omiso a la grave situación que padece nuestro Metro. Realmente, me da mucha impotencia e indignación observar en primera fila como se desmorona este hermoso proyecto que nació como “La Gran Solución para Caracas” y ahora se está convirtiendo en “imagen icónica” del caos capitalino.
La nota está dedicada a todos los venezolanos de a pie, que soñamos con montarnos en el “vagón de la esperanza” para viajar sobre los “rieles del progreso” y bajarnos en una misma estación de destino: FUTURO!!!
Laura Chitty
1 comentario:
Te acuerdas cuando comenzaron a construir el metro?.... Luego con su ignauguracion vimos los primros pasos del desarrollo tcnologico y social.... Su mayor atractivo era su seguridad y limpieza...Ahora, se ve tan descuidado, a tal extremo, que ni lo que dice el chofer cuando anuncia las estaciones se entiende.....
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